El glaucoma es una enfermedad de los ojos
que se caracteriza generalmente por el aumento patológico de la presión intraocular, por falta de drenaje del humor acuoso
y tiene como condición final común una neuropatía óptica que se caracteriza por la
pérdida progresiva de las fibras nerviosas del nervio óptico
y cambios en su aspecto.
La mayoría de las personas afectadas no presentan
síntomas en las primeras fases de la enfermedad; más adelante aparecen defectos
en el campo visual y pérdida progresiva de visión. La aparición de estos
síntomas puede significar que la enfermedad está en un punto avanzado de su
evolución. Es inusual que exista dolor ocular en el glaucoma crónico, pero es
frecuente en el glaucoma agudo (glaucoma de ángulo cerrado), el cual sí
puede ocasionar intensos síntomas desde su inicio.1
Como se mencionó antes, uno de los principales
factores que pueden influir en la aparición de glaucoma es la presión intraocular alta, aunque no existe una
correlación exacta entre glaucoma y presión intraocular, pues algunas personas
pueden desarrollar la enfermedad con cifras de presión intraocular consideradas
normales y, sin embargo, en otras ocasiones existen cifras altas sin que se
produzca ninguna repercusión ocular.
Existen varios tipos de glaucoma, cada uno de los
cuales tiene un origen y una evolución diferentes, por lo cual la definición
general anteriormente expuesta puede no corresponder a todas las formas de esta
enfermedad. La mayor parte de los casos corresponde al llamado glaucoma crónico
simple (glaucoma de ángulo abierto)
Clasificación
Según
la amplitud del ángulo iridocorneal se puede clasificar en:1
- Glaucoma de ángulo cerrado. Existe una disminución del ángulo iridocorneal, el cual está formado por la raíz del iris y la córnea. Suele cursar de forma aguda, con elevación brusca de la presión intraocular, dolor intenso, disminución de agudeza visual, visión de halos alrededor de las luces, enrojecimiento del ojo (ojo rojo), dilatación de la pupila (midriasis), náuseas y vómitos. Esto ocurre frecuentemente cuando la pupila se dilata, lo cual provoca en las personas con un ángulo iridocorneal cerrado un bloqueo de la red trabecular por parte de la zona exterior del iris. Esta situación requiere un tratamiento urgente e inmediato.
- Glaucoma de ángulo abierto. El ángulo iridocorneal es normal. La evolución es lenta, no existen síntomas aparentes pero se deteriora progresivamente la visión, por lo que se le ha llamado «el ladrón de la vista».
Según
el origen se clasifica en:
- Primario. Si no existe otra enfermedad que lo cause. Dentro de este apartado se incluye el glaucoma crónico simple, que es la forma más frecuente de la enfermedad.
- Secundario. Cuando existe otra enfermedad que lo origina. Dentro de este apartado se incluyen los siguientes:
- Glaucoma neovascular, por formación de nuevos vasos en el iris.
- Glaucoma facolítico, por una catarata de larga evolución y duración.
- Glaucoma pseudoexfoliativo.
- Glaucoma de células fantasma, por una hemorragia vítrea.
- Glaucoma inflamatorio, causado por un proceso inflamatorio en el interior del ojo.
- Glaucoma postoperatorio.
- Glaucoma traumático. Tras un traumatismo sobre el ojo puede producirse una hemorragia en la cámara anterior o hipema que desencadena una hipertensión ocular por bloqueo en la reabsorción del humor acuoso en la red trabecular.
- Glaucoma lenticular, causado por mala posición del cristalino.
- Glaucoma cortisónico, causado por el empleo terapéutico prolongado de cortisona o derivados.
Según
el momento de aparición se clasifica en:
- Glaucoma congénito. Es un problema poco frecuente que afecta al 0.05 % de la población. Los síntomas pueden aparecer en un periodo de tiempo comprendido entre el momento del nacimiento y los 3 años de edad. El 66% de los casos tienen afectación en ambos ojos.3 Existen diferentes tipos de glaucoma congénito, siendo el más frecuente el glaucoma congénito primario. Otro tipo de glaucoma congénito es la hidroftalmía. En otras ocasiones se asocia a un conjunto de anomalías de diferentes estructuras del ojo, como en la anomalía de Peters, el síndrome de Rieger, el síndrome de Axenfel y la aniridia.
- Glaucoma juvenil o infantil. En la mayor parte de las ocasiones es de origen hereditario y se caracteriza por existir una anomalía ocular en el nacimiento responsable de un aumento de la presión intraocular (PIO). Con frecuencia se presenta dentro de los primeros tres años de vida. En el embrión el ángulo de filtración se forma por una hendidura entre los elementos corneales y los elementos del iris, cuyo crecimiento es lento. Una hendidura incompleta, la cual no permite el desarrollo normal del ángulo, impide la salida normal del humor acuoso y provoca el glaucoma infantil.
- Glaucoma del adulto. Se desarrolla en la vida adulta.
Epidemiología
El
número total de personas que presentan esta enfermedad es elevado, pues su
prevalencia oscila entre el 1.5% y el 2% en los mayores de 40 años. Es una de
las principales causas de ceguera irreversible en el mundo.
La
forma más frecuente, que corresponde al 60% de los casos, es el glaucoma de
ángulo abierto primario, también llamado glaucoma crónico simple.1
Según
estimaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud
a principios de la década de 1990, el número de personas en el mundo con
presión intraocular alta sería de 105 millones, los nuevos casos de glaucoma
identificados alrededor de 2.4 millones por año y el número de ciegos debido a
esta enfermedad sería de 8 millones, lo que lo situaría como la tercera causa
de ceguera a nivel mundial, sólo superada por la catarata
y la oncocercosis.
4
Diagnóstico
Visión normal.
La misma vista con pérdida
avanzada de visión por glaucoma.
Existen
dos aspectos claves para sospechar el diagnóstico de glaucoma: La elevación de
la presión intraocular por encima de 21 mm de
mercurio y la presencia de una papila excavada. Cualquiera de estas dos
circunstancias hacen probable el diagnóstico, especialmente si existen
antecedentes familiares de la enfermedad y la edad es superior a los cuarenta
años.
Una
vez sospechado el diagnóstico, se pueden realizar otros estudios, como una
exploración oftalmológica completa para comprobar la agudeza visual y observar
todas las estructuras del ojo, tanto del polo anterior como del posterior y una
campimetría
o valoración del campo visual, para buscar la existencia de zonas ciegas o escotomas.
Tecnologías para el estudio del glaucoma
HRT: una nueva técnica de imagen que
utiliza barridos de láser para obtener una tomografía del disco óptico. El
acrónimo HRT procede del inglés (Heidelberg retinal tomograph) y significa
tomografía retinal de Heidelberg. Existen varias versiones según el software
utilizado y la resolución de la prueba.5
El
HRT es una nueva técnica no invasiva que es capaz de evaluar la anatomía del disco óptico en tres dimensiones. Aporta
información sobre los cambios estructurales del nervio óptico
y hace posible el diagnóstico precoz y el seguimiento mediante imágenes del
glaucoma. No obstante, esta tecnología se encuentra aún en fase de desarrollo y
perfeccionamiento y presenta limitaciones en el momento actual (2010). No es un
estudio de uso generalizado para la evaluación del glaucoma.6
Paquimetría: esta prueba sirve para medir el
grosor de la córnea y de esta forma corregir errores de medición de la presión
ocular dados por las diferencias de resistencia entre córneas
delgadas y córneas gruesas.
Gonioscopia.
Gonioscopia: mide el ángulo iridocorneal y
permite clasificar el glaucoma en sus dos formas clásicas, de ángulo abierto o
de ángulo cerrado.
Ecografía
de alta resolución:
permite estudiar la estructura del ojo, de la cámara
anterior, de los procesos ciliares y de la papila.
Biomicroscopía: utiliza un instrumento fundamental
llamado lámpara de hendidura, que permite ver los
detalles muy aumentados del ojo y examinar el fondo del ojo y la papila óptica
en tres dimensiones con la ayuda de lentes especiales.
Tonómetro
de aplanación:
permite tomar la tensión ocular en milímetros de mercurio. Suele ir incorporado
a la lámpara de hendidura. El tonómetro más
empleado a nivel mundial es el tonómetro de Goldmann. Hay tonómetros que obvian
el factor de error del espesor corneal.
Existe
el Tonómetro de Pascal, el cual no tiene en cuenta el espesor de la córnea y de
esa manera se obtiene una presión intraocular no afectada por este parámetro.
Perimetría
en el glaucoma: su
finalidad es comprobar la amplitud del campo visual. En un principio se
solicitan perimetrías con intención diagnóstica y hay que utilizar estrategias
y programas muy sensibles. Posteriormente se emplean las perimetrías con la
intención de valorar la evolución de la enfermedad. Para ello se realiza la
prueba a intervalos de tiempo regulares utilizando estrategias muy
reproducibles y los llamados programas de
progresión.7
Factores de riesgo
La
forma más frecuente de presentación es el glaucoma primario de ángulo abierto,
también llamado glaucoma crónico simple, que representa el 60% del total de
casos. Este tipo de glaucoma no tiene relación con otras enfermedades del ojo y
suele ser bilateral, aunque generalmente el grado de afección de cada ojo es
diferente. Los principales factores de riesgo que hacen más probable su
aparición son presión intraocular elevada, antecedentes familiares de glaucoma
y edad superior a los 40 años.
Se
consideran cifras de presión intraocular elevadas las superiores a 21 mm de
mercurio. Cuando se da esta circunstancia, el riesgo de desarrollar glaucoma es
muy alto. No obstante, la relación entre elevación de presión intraocular y el
desarrollo de glaucoma no es exacta, ya que hay personas que mantienen sus ojos
sanos a pesar de tener cifras de presión altas y otras en las que aparecen
defectos del campo visual y alteraciones en la cabeza del nervio óptico
con niveles de presión intraocular normales. Es lo que se llama glaucoma de
baja tensión o normotensional.1
Cuando
existen familiares de primer grado que presentan glaucoma, el riesgo de padecer
la enfermedad es más alto que en la población general. No existe un patrón claro
de herencia, pues parecen estar implicados diferentes genes. La frecuencia de
glaucoma aumenta también con la edad, siendo el riesgo más alto al sobrepasar
los 40 años, y se multiplica por 7 a partir de los 60. Otros factores de riesgo
son el sexo masculino, la existencia de miopía
o diabetes y la raza negra.
Por
todo ello puede recomendarse el control de la presión intraocular de forma
preventiva a las personas mayores de 40 años, sobre todo si tienen antecedentes
familiares de glaucoma o presentan otras enfermedades, como la miopía o
diabetes mellitus.
En
otros tipos de glaucoma diferentes al glaucoma crónico simple, existen diversos
factores implicados. Por ejemplo, se ha descubierto un gen variante, denominado LOXL1,8
que confiere un riesgo considerablemente grande de desarrollar glaucoma pseudoexfoliativo. La anormalidad
consiste en una variación en la secuencia genética que ocurre con gran
frecuencia en este tipo de pacientes. La variación está localizada en un intrón
del gen que codifica a una enzima que produce elastina,
involucrada en el depósito de material fibroso y que de algún modo facilita la
aparición de este tipo especial de glaucoma.9
Estas son variantes de la enfermedad que no responden bien a los tratamientos
habituales.
Tratamiento
Aunque
la presión ocular es sólo una de las causas del glaucoma, reducir esta presión
es el tratamiento más usado. Se cuenta con fármacos que disminuyen la
producción de humor acuoso o incrementan su velocidad de reabsorción. El
tratamiento es básicamente con fármacos que se aplican en forma de colirio
oftálmico, siendo los procedimientos quirúrgicos para casos refractarios o
complicaciones agudas.
Glaucoma
crónico simple
- primera línea: Betabloqueantes y análogos de prostaglandinas
- segunda línea: trabeculoplastia láser
- tercera línea: trabeculectomía (conectar el interior del ojo con el espacio subconjuntival)
Glaucoma
de ángulo estrecho
- Hipotensor tópico que no tenga efecto midriatizante
- Manitol IV hasta lograr una PIO baja
- Pilocarpina
- Iridiotomía
- Corticoide tópico
Medicación
La
presión intraocular elevada se puede tratar con colirios que disminuyen la
presión del ojo. Hay varias clases de medicamentos para tratar el glaucoma de
ángulo cerrado. En el glaucoma de ángulo abierto, los más comunes son los beta
bloqueantes (bloqueadores), como el timolol,
y los derivados de las prostaglandinas.10
También se emplean diuréticos hiperosmóticos, como el manitol en crisis
hipertensivas oculares e inhibidores de la anhidrasa carbónica.
Medicamentos utilizados en
el tratamiento del glaucoma
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Análogos de la prostaglandina
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Beta bloqueantes
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Timolol
- Carteolol
- Levobunolol
- Betaxolol
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Simpaticomiméticos
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Vía oral (Acetazolamida
- Metazolamida
- Diclorfenamida)
- Colirio (Brinzolamida - Dorzolamida)
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Colinergicos
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Uso de cannabis
El
Cannabis
medicinal ha demostrado en series de casos que reduce la presión
intraocular de un 24%. Estas reducciones, sin embargo, son de corta duración y
no mantenidas.11
La dificultad para su uso terapéutico se debe a su efecto psicótropo y a la
escasa duración de su acción. Cuando se administra en forma de gotas,
prácticamente el 90% se absorbe a través de la conjuntiva, por lo que su acción
es sistémica y no local. Al ser el glaucoma una enfermedad crónica que precisa
un tratamiento muy prolongado, los riesgos de dependencia y otros efectos
adversos sobre el sistema nervioso central son muy altos y superan a los
beneficios, por lo cual no se utiliza en la práctica médica, ya que existen
otros medicamentos tanto tópicos como sistémicos más eficaces y seguros. Se
están realizando estudios sobre la posibilidad de utilizar algunos derivados
sintéticos del cannabis sin efectos sobre el sistema nervioso, pero se
encuentran en fase experimental.12
El National Eye Institute (NEI) y el Institute of Medicine han realizado un
detallado estudio sobre este tema, revisando todas las investigaciones
científicas anteriores, y han llegado a la conclusión de que no existen pruebas
científicas para recomendar el uso de cannabis a los afectos de glaucoma.13
El uso de drogas en general requiere una prescripción, y la distribución se
realiza habitualmente dentro de un marco definido por las leyes nacionales y
regionales de cada país.
Cirugía
Para
tratar el glaucoma se usa tanto la cirugía
láser
como la tradicional. La trabeculoplastia láser sirve para tratar el glaucoma de
ángulo abierto. Se utiliza argón o Nd:YAG en el láser que se aplica a la red trabecular
para estimular la apertura de los conductos y así aumentar el flujo del humor
acuoso. La iridectomía periférica láser se emplea en
pacientes con glaucoma de ángulo cerrado. En ella, el láser apunta al iris para
hacer una apertura en él. Esto abre una nueva vía por la cual el humor acuoso
puede pasar desde la cámara posterior a la cámara
anterior.
La
cirugía convencional más aplicada en el glaucoma es la trabeculectomía.
Mediante este procedimiento se crea un nuevo conducto por el cual drena el
humor acuoso hasta el espacio subconjuntival. Una alternativa popular a la
trabeculectomía es la esclerectomía
profunda no perforante (EPNP).14
Existen
otras técnicas quirúrgicas, que generalmente se reservan para glaucomas
complejos o cuando han fracasado las técnicas habituales, como es el caso de
los implantes de válvulas para drenaje del humor acuoso. El glaucoma congénito
siempre requiere tratamiento quirúrgico (generalmente, una goniotomía),
aunque pueden precisarse otras cirugías adicionales y/o medicación para
controlarse.
Consecuencias del glaucoma
Aunque
el glaucoma puede o no tener efectos significativos, una consecuencia habitual
es la pérdida del campo de visión, que se puede detectar mediante la
realización de una campimetría. La pérdida de visión del glaucoma
afecta primero a la parte periférica del campo de visión. La pérdida de visión
moderada o severa puede ser constatada por el paciente al poner a prueba su
visión periférica. Esto puede hacerse tapando uno de los ojos y examinando la
visión en las cuatro esquinas del campo visual en cuanto a claridad y nitidez,
luego se repite la prueba con el otro ojo. Muy frecuentemente, el paciente no
detecta pérdida de visión hasta que sufre “visión túnel”. Si la enfermedad no
se trata, el campo de visión se irá cerrando más y más, se oscurecerá la parte
central y finalmente degenerará en una ceguera total en el ojo afectado.
La
pérdida de visión debido al glaucoma es irreversible, pero se puede prever o
disminuir su progresión con el tratamiento adecuado. Si sospecha que puede
tener glaucoma o que tiene factores de riesgos, es recomendable visitar al
médico de familia o al oftalmólogo
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